Tránsito de nuevos aires
Su configuración, su ubicación y su vitalidad convierten a Colmenar del Arroyo en un enclave próspero por sus oficios, desde los más antiguos como los molinos o la minería, más autónomos como la corta de leña o la venta de caza siguiendo por la albañilería, lechería u otros negocios propios, entre otras aportaciones, hasta llegar al siglo XXI donde se caracteriza por ser la era de la digitalización y el predominio de la globalización. Nos encontramos en la era de la información…
El trascurrir de los años ha traído nuevos aires de desarrollo y progreso a nuestro pueblo, dotándolo de una red de servicios básicos, eliminación de barreras arquitectónicas, recuperación de patrimonio y cultura popular, donde la tradición y la modernidad conviven en perfecta armonía.
Por otro lado, la riqueza natural, la tranquilidad de sus parajes, la limpieza de su cielo, la cercanía a una gran ciudad como Madrid, entre otros factores, han sido esenciales para el crecimiento y consolidación de Colmenar. Urbanizaciones localizadas en zonas tranquilas rodeadas de naturaleza, instalación de alojamientos, segundas residencias o lugares de ocio y esparcimiento, protagonizan parte de nuestro crecimiento.
El aprovechamiento del medio ambiente ha permitido la activación del sector turístico y de la población por medio del desarrollo de actividades deportivas y culturales relacionadas con nuestro medio.
También ha permitido la estabilización y mejora de los servicios y comunicaciones, el desarrollo de actuaciones para la mejora de la competitividad de las explotaciones y empresas, el fomento y la mejora de empleo, implantación de nuevas tecnologías, recuperación de patrimonio, cultura popular, etc.